Tribuna de Julián Salcedo Gómez, doctor en Economía y presidente del Foro de Economistas Inmobiliarios.
Es difícil que abramos una revista especializada en el sector inmobiliario y que no aparezca un artículo dedicado al living. Incluso en los medios de comunicación generalistas es cada vez más frecuente ver referencias al coliving, cohousing o senior living, por citar solo algunas de estas nuevas modalidades de residencial compartido.
Tal vez no todo el mundo sepa que el origen del que habría que traducirlo como compartir espacio, se sitúa en Silicon Valley, un área de la bahía de San Francisco (California, EE. UU.) en la que tienen su sede la mayoría de compañías tecnológicas, como Apple, Facebook o Google, entre otras, donde un numeroso grupo de jóvenes profesionales con talento llegaron en masa a esa zona atraídos por las ofertas de buenos trabajos, bien pagados y con un futuro aparentemente idílico.
Pronto comprobaron que tanta gran empresa, tanto talento junto, originaron una notable escasez de vivienda, lo que a su vez la encareció de tal forma que incluso con sus elevados salarios les resultaba imposible poder acceder a ella. Y entonces encontraron la solución: decidieron compartirla. Pero no solo fue la necesidad lo que les movió a ello: rápidamente se dieron cuenta que lo que les unía era mucho más que la necesidad de un techo bajo el que dormir, tenían gustos y aficiones comunes, se encontraban a gusto compartiendo áreas comunes, ya fueran destinadas a facilities (lavandería, por ejemplo), necesidades diarias (comedor y cocina), ocio (sala de televisión o de descanso), deporte (gimnasio, cancha multiusos), y ya puestos, por qué no, zonas comunes de trabajo y estudio, así se unió al concepto coliving, el coworking.
Las nuevas generaciones ya no apuestan tanto como las que les precedieron por la propiedad, y mucho menos si lo es en exclusiva, prefieren disfrutar de su uso cuando lo necesitan, ya sea un libro, un coche para desplazarse, una vivienda para residir o, por qué no, una oficina donde trabajar. Es el concepto pay-per-use, pago por uso, por servicio. A nuestros jóvenes les parece una idea revolucionaria, aunque no lo es, y están decididos a adoptarla llevándola hasta el extremo.
“El coliving, en sus distintas versiones como el cohousing, flexible living, multiliving, senior living, permite a sus usuarios obtener ventajas, económicas sin duda, pues compartir espacios implica compartir gastos”
Las modalidades living ya hemos dicho que no solo se limitan al ámbito residencial, también lo han hecho al ámbito profesional y empresarial, a través del coworking, pero a él le dedicaremos otra tribuna en su momento, hoy nos centraremos en el coliving, en sus distintas versiones: cohousing, flexible living, multiliving, senior living, que se han convertido en una forma de vida, cuya diferenciación está en el destinatario, porque el concepto de compartir espacio, vivir en comunidad, hacerlo de forma colaborativa, es el mismo. Todas ellas permiten a sus usuarios obtener ventajas, económicas sin duda, pues compartir espacios implica compartir gastos.
Analizando esta tendencia desde la perspectiva de la inversión inmobiliaria, según datos de la consultora CBRE, el sector living captó unos 60.000 millones de euros durante 2022 en Europa, siendo Madrid el segundo destino europeo con una cifra de 1.400 millones de euros, mientras que Barcelona ocupó la séptima posición. Solo Berlín, con 1.800 millones de euros de inversión, se situó por delante de Madrid, siendo París la tercera ciudad por volumen de inversión. Por su origen, la inversión en living procedió de capital transfronterizo en un 58%, correspondiendo al capital nacional el restante 42%, lo que da una idea del interés que despierta y la acogida que tiene entre los inversores, entre otras razones porque genera mayor rentabilidad que las inversiones inmobiliarias tradicionales.
En 2023, también utilizando datos de la misma consultora, el sector living ha liderado la inversión inmobiliaria en España durante el primer semestre 2023, alcanzando la cifra de 1.629 millones de euros, lo que representa el 31% del volumen total transaccionado, frente al 25% que supuso en el mismo período de 2022. El segmento residencial living se ha situado en primera posición, seguido del flex living, habiéndose dirigido el 69% de la inversión total a operaciones corporate living y el 31% restante a coliving. La rentabilidad obtenida ha aumentado 20 puntos básicos en el segundo trimestre de 2023, alcanzando el 3,8% en Madrid y el 4% en Barcelona.
A la vista de los datos anteriores, y conocida la escasez de vivienda existente en nuestro país, que ha disparado los precios, en alquiler y en venta, hasta niveles nunca vistos, y dada la clara tendencia de las nuevas generaciones por estas modalidades de espacios compartidos, que sin duda han llegado para quedarse, estamos convencidos de que contribuirán a paliar en parte el déficit de vivienda existente en nuestro país, a la vez que a facilitar el acceso a la vivienda.