La segunda jornada del Congreso Inmomat, en el que idealista/news es ‘media partner’, ha comenzado con una mesa redonda en la que se ha discutido sobre los nuevos modelos habitacionales en España. Dentro de este segmento aparecen las residencias de estudiantes, el coliving, el senior housing y el más tradicional ‘build to rent’. Javier Kindelan, director de ‘living’ en CBRE y uno de los ponentes de esta charla, ha arrojado una serie de números que han radiografiado el futuro cercano de este nuevo modelo de negocio en nuestro país. «En 2025, España tendrá 19.000 nuevas camas en residencias de estudiantes, 13.000 más en ‘flex living’ (coliving, cohousing, serviced apartments…) y 28.000 nuevas viviendas en alquiler tradicional», ha declarado.
Unas cifras que parecen importantes, pero que Kindelan todavía ve insuficiente para hacer frente una demanda que, cada vez más, «está orientada al alquiler y a los servicios». La realidad es que estas nuevas formas habitacionales nacen al calor de nuevas manera de vivir. «La vida no es una línea recta y elementos como la educación o el trabajo ya no están asociados sólo a una etapa de tu vida concreta. Además, la población envejece de manera diferente y ahora esas personas mayores buscan una mayor actividad y servicios porque quieren seguir disfrutando de una vida activa», ha señalado el director de ‘living’ de CBRE.
Greystar es una de las compañías que ha entendido los nuevos modelos de vida y de las primeras en apostar por ellos en España. De hecho, la empresa ya tiene 900 millones de euros en gestión en nuestro país gracias, entre otros activos, a tres grandes desarrollos de apartamentos flexibles ubicados en la Comunidad de Madrid: Valdebebas, San Sebastián de los Reyes y Rivas. Un nuevo modelo que se ha encargado de defender Covadonga Sanz, directora de asset management de Greystar. «Hay que diferenciar entre ‘build to rent’, ‘flex living’ y ‘student housing’ y tener claro que es muy complicado crear un producto dirigido al alquiler cuando en un principio estaba pensado para la venta», ha narrado Sanz. Una complicación que se basa en los conceptos y los principios que busca cada producto. «Este tipo de desarrollos tienen que contar con una serie de amenities (servicios), de zonas comunes, de flexibilidad… Todo diseñado para generar comunidad», ha explicado.
Por su parte, Gema Alfaro Simón, arquitecta y socia directora del estudio Alfaro-Manrique Atelier, ha expuesto la visión de su sector y ha vuelto a lanzar, como en muchas ocasiones durante la celebración de este congreso, un mensaje a la Administración. «Como arquitectos necesitamos un marco regulatorio más flexible para concretar los nuevos modelos de vida. En paralelo, tenemos que generar un producto de valor, reconocible y un diseño que compense el retorno de la inversión», ha asegurado.
Yasmín Elena Manji, concejala de urbanismo del Ayuntamiento de Rivas, ha compartido la visión de Alfaro Simón sobre la relevancia de la Administración en la generación de la oferta de estos nuevos productos. «Como Administración tenemos un papel importante en este cambio», ha reconocido. «Es importante poner el ‘senior housing’ en el centro del debate porque España cuenta con una población cada más envejecida. En el caso particular de Rivas, este producto es incluso más relevante al ser la cuarta ciudad en España con una mayor esperanza de vida», ha declarado.
Durante el panel se ha debatido sobre los escollos que existen para la creación de estos productos ‘flex’. En este sentido, la financiación y la normativa han sido las palabras más repetidas. «Es muy complicado que estos desarrollos vean la luz sin financiación», ha afirmado Kindelan. «Es cierto que ahora se están desarrollando en suelos terciarios con uso de hospedaje porque existe escasez de materia prima residencial y el suelo es más barato y al inversor le permite generar un producto más accesible», ha agregado.
Precisamente, sobre la accesibilidad también se ha referido Alfaro Simón. «El gran reto que tenemos por delante es la democratización de estos productos», ha señalado para después volver a solicitar la ayuda de la Administración en esta tarea. «Tienen que entender que necesitamos una normativa más ágil y flexible para crear un producto más económico y perdurable en el tiempo», ha aseverado.